Una de las primeras herramientas con las que pronto empezamos a familiarizarnos, cuando comenzamos a hacer trading, es el stop loss o stop de pérdidas. Esto es, la orden de venta automática que nos saca del mercado cuando las cosas comienzan a torcerse.
De esta forma el aspirante a trader comienza a familiarizarse con conceptos como la gestión del riesgo. Así, comenzamos a asumir que es mejor estar fuera del mercado cuando no estamos en sintonía con el mismo. Lejos de quedarnos atrapados en una operación indeseable, entendemos que es mejor cortar las pérdidas y dejar correr las ganancias. Parece que este es el primer escalón que todo trader principiante comienza a dar en sus primeros pasos hacia una operativa, más o menos, consistente.
Normalmente el segundo escalón viene con la gestión monetaria
Una cosa es saber dónde salir y otra cosa distinta está en saber la pérdida que asumiremos en el caso de que el desenlace del trade no vaya como queríamos. Pronto el aspirante a trader se dará cuenta de que no basta con saber dónde poner el stop loss, ya que el resultado de las operaciones variará demasiado por no haber sabido controlar la cantidad con la que se estaba operando.
Métodos hay muchos, aunque uno de los más popularizados es el método de fracción fija. Esta forma de gestionar el riesgo viene dada por el hecho de saber con antelación, que en caso de que salte nuestro stop loss, la pérdida máxima que asumiremos no será más de un determinado porcentaje de la cuenta. Esto es, si tenemos una cuenta de 10.000 euros probablemente no querremos arriesgar en un solo trade un 10% de pérdida en caso de que la operación sea negativa ¿no? Es por eso con el método de fracción fija elegiremos un porcentaje de pérdida máxima acorde con el sistema que estemos operando o nuestra aversión al riesgo. Normalmente este porcentaje de pérdida máxima irá entre el 0,5% de la cuenta y el 3%. Jack Schwager, autor del superventas “Market wizards” habla del 1% mientras que Alexander Elder, no hace falta presentación, defiende el 2% de pérdida máxima por operación. Por ejemplo, si tenemos una cuenta de 10.000 euros y no queremos perder más de 1% por operación, ajustaríamos la posición (fuera cual fuera la distancia a la que está nuestro stop loss) de tal forma que no perdiéramos más de 100 euros. ¿Cuántas operaciones seguidas podríamos perder hasta descapitalizarnos? Tantas que, controlando esto, tenemos media vida ganada.
En cualquier caso este tipo de gestión del riesgo intenta asegurar la supervivencia en los mercados financieros, si operamos cada día. Si no controlamos la posición no es raro ver como en una sola operación podríamos llegar a perder porcentajes desorbitados. Esto es característico de aquellos que no gestionan el riesgo. Hacer el gambler es lo que tiene. Si buscamos emociones en los mercados, mucho cuidado porque seguro que las acabaremos encontrando. Este podría ser el segundo escalón.
¿Cuál podría ser el tercer escalón? Utilizar un stop loss diario
Normalmente este concepto, aunque vital en las firmas de trading propietario y en las mesas de negociación, es completamente desconocido para el trader retail (entre otras cosas porque no tiene que rendir cuentas a nadie que le apriete y controle su rendimiento). El stop diario es la cantidad máxima que le está permitido perder a un trader en un solo día. Ya está. Si se pasa esa cantidad, o se te cierra la posición o te la cierran, no pudiendo operar más en ese día.
Esto, aunque no lo parezca, puede ser la diferencia que marca una operativa de éxito de otra que no levanta cabeza, aun operando los mismos sistemas y teniendo la misma gestión del riesgo. No es raro ver como hay determinados días en los que no se está en sintonía con el mercado, con uno mismo o con la plataforma de turno. Si seguimos operando, es posible que cuando nos queramos dar cuenta, estemos tan alejados que el daño causado sea demasiado grande como para poder recuperarlo a corto plazo.
Un solo día puede ser el causante de una gran pérdida diaria. Incluso controlando el riesgo. Podríamos encadenar una serie de pérdidas, por motivos que en ese momento no vemos, que nos hicieran perder la confianza además de una parte de nuestra cuenta. ¿Motivos para intentar salvarnos de la quema en determinados días? Sobre operar por intentar vengarnos del mercado, no tener en cuenta determinados días en los que el mercado está esperando alguna noticia y no está en tendencia, etc. En cualquier caso, hay días en los que es mejor no estar dentro. ¿Cómo los identificaremos? En último extremo, por los resultados.
Por ejemplo, si nuestro porcentaje de pérdida máxima es de un 1% no deberíamos permitir perder más de un 3 o 4%. Esto es, 3 o 4 operaciones consecutivas negativas. Días así nos dejan claro que algo no funciona. Por tanto, es mejor estar fuera del mercado.
¿Cuál podría ser la mejor forma de medir la cantidad en la que fijar nuestro stop diario si hacemos trading intradía?
Midiendo el beneficio esperado. Por ejemplo, si medimos las ganancias de un mes cualquiera, podríamos dividir la ganancia por los días de mercado. Por ejemplo, imagina que has ganado 2.000 euros en el último mes. Si hacemos una media, esto solo sirve obviamente como referencia, dividiendo los 2.000 euros por los 20 días en los que el mercado está abierto en un mes, tendremos una media de 100 euros. Pues bien, nuestro stop diario no debería ser mucho más que estos 100 euros. De esta forma, en un día o dos podríamos recuperar lo perdido por un stop diario.
¿Cuántas veces deberíamos llegar en un mes a este stop diario? No más de 3 o 4 veces. Si son más deberíamos ajustar el sistema con el que estamos operando y ver si algo que estamos haciendo no está funcionando como debería. De esta forma, con este tercer escalón, más allá de tener un sistema que nos diga donde entrar y donde salir, estaríamos encaminados hacia el objetivo de alcanzar una operativa más consistente.