Somos expertos en justificar lo injustificable. Decía Arturo Pérez- Reverte, en una entrevista reciente, que odia al ser humano y ama a los perros porque ha visto de lo que es capaz el humano. Alguien que ha vivido años en medio del terror de la guerra no extraña que diga algo así. Sin entrar a valorar, por qué el humano es capaz de hacer cosas así, la gran pregunta es ¿cómo es capaz de justificar actos semejantes? Y ¿qué tiene que ver esto con el psicotrading? Querido lector, le presento a la disonancia cognitiva. No piense es un tipo de lesión muscular, sino más bien en un tipo de sesgo cognitivo.
El mismo término disonancia ya nos evoca una desarmonía que se produce en algo o alguien, tanto es así que es psicología se ha venido a conocer el término disonancia cognitiva a la tensión o choque que se produce en una persona cuando acepta dos ideas, emociones o creencias que están en conflicto. Por esto, el mismo nombre nos ayuda a entender que éstas son incompatibles. Fue desarrollada en 1957 por el psicólogo Leon Festinger (Teoría de la disonancia cognoscitiva). Un elemento fundamental de esta teoría viene del hecho de que, al producirse este fenómeno cuando una persona es consciente de ello, se ve motivada por generar ideas nuevas, incluso creencias en un nivel más profundo. Gracias a esto, se logra reducir la tensión hasta conseguir que las ideas, que antes chocaban entre sí, ahora encajen como un puzle.
¿Por qué una persona es capaz de cometer actos atroces en una guerra, aunque su escala de valores siempre lo habría rechazado? Porque ha sido capaz de introducir nuevas ideas y creencias que modifiquen la interrelación de éstas, pudiendo justificar su actitud actual. Así un ciudadano modelo es capaz de matar por la “defensa de su país” o torturar para “evitar un mal mayor”. Nuevas ideas que surgen a partir de una disonancia cognitiva para ensamblar conceptos contrarios.
¿Por qué una persona fumaría sino? Fumar mata. Lo dicen las cajetillas de cigarros. Cuando leo algo en papel suelo darle más credibilidad que si lo oigo o leo por internet. Y eso parece ser que es cierto, no porque se haya repetido muchas veces sino porque hay estudios científicos que lo demuestran. Todo esto a pesar de que industria tabacalera haya intentando desviar la atención en un primer momento, afirmando cosas como que los enfermos de cáncer de pulmón sentían alivio al fumar, atrayendo al tabaco a personas que ya estaban enfermas y no porque los generaran. Muy interesante al respecto, el libro “La economía de la manipulación” de George Akerlof y Robert J. Shiller. Obviamente, la forma de reducir la disonancia es dejar de fumar. Pero ¿cómo se intenta reducir? Mediante las justificaciones que apoyen nuestras acciones actuales. Por ejemplo, “conozco a gente que ha muerto a los 100 años fumando” o “no está demostrado que fumar mate”. Un experimento interesante al respecto. Se analizó a 155 fumadores que consumían entre una y dos cajetillas por día. Cuando se les preguntó sobre su nivel de consumo el 60% consideró que era moderado mientras que el 40% confesó que le parecía excesivo. No obstante, el consumo era exactamente el mismo. ¿Por qué entonces unos participantes afirmaban que era excesivo mientras que otros afirmaron que era moderado? La diferencia se hallaba en la percepción del riesgo de los participantes. Cuanto más consciente era el sujeto del riesgo que implicaba fumar, más se convencía de que la cantidad que fumaba no era tan alta. Cuidado que fumar mata.
¿Qué tiene que ver esto con el psicotrading?
Cuando uno toma una decisión, en relación a los mercados financieros, puede hacer tres cosas: comprar, vender o no hacer nada. Seremos capaces de justificar cualquier decisión que tomemos a pesar de que el mercado no nos de la razón. Seremos capaces de comprar y mantener una posición a pesar de que el mercado caiga. Justificaremos nuestra posición o la visión que tenemos del mercado.
Leeremos solo aquello que nos de la razón y no haremos caso de quien hable en contra de nuestras acciones. ¿Por qué? Porque incorporaremos ideas nuevas que hagan que nuestras acciones, que van en contra de lo que está pasando, estén justificadas.
Frases como “esta vez es diferente”, “el mercado ya no puede caer más”, “la valoración ahora sí que es ridícula” han sido las más repetidas entre aquellos que ahora descansan, sin paz, con la cuenta a 0 en alguna estantería de un back office de un bróker.
Cuidado con lo que buscas porque lo puedes encontrar. Justificaciones para cometer cualquier acto existen por cualquier parte. El poder real de hoy no está en tener mucha información o incluso saber qué hacer con ella, como afirman con razón las futuras religiones del Big Data, sino en obviar lo que no vale. No busques excusas para hacer lo que quieres hacer. Analiza y aprende cuando no estés en lo cierto.
Alejandro de Luis
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